Las victorias que le debemos al feminismo
Luchar contra el patriarcado es agotador. Es un cansancio tanto físico como psicológico, una fatiga que heredamos de las mujeres que nos precedieron y que aprendemos desde muy temprana edad. Es el agotamiento de luchar por recuperar nuestros derechos y, aún habiéndolos obtenido, de seguir luchando para que no nos los vuelvan a quitar.